Ya en la tercera temporada Robert Seehan, el actor que hacía de Nathan y que llevaba el peso de ser el principal focalizador de las tramas, decidía no continuar con la ficción británica de este extraño grupo de delincuentes juveniles que, tormenta mediante, había recibido superpoderes, aunque los muchachos no fuesen precisamente hábiles con ellos.
Al final de la tercera tanda de capítulos, otros dos de los personajes principales salían de las tramas (Alisha - Antonia Thomas-, y Simon - Iwan Rheon), dejando trastocada la estructura inicial, abandonando a los personajes de Curtis (Nathan Stewart-Jarrett) y Kelly solos con Rudy (Joseph Gilgun), el sustituto de Nathan.
Por si esto fuera poco, Lauren Socha, la actriz que da vida a Kelly, fue arrestada por trato racista hacia el conductor de un taxi. Así que la cadena y la productora, para no ver manchadas sus respectivas imágenes, decidieron cortar por lo sano con la actriz, que no llega a debutar en la cuarta temporada.
Todo parecía en contra de la ficción, Curtis, uno de los personajes más sosos de la serie, y Rudy, que a día de hoy sigue sin gustarme nada ni su rol ni el actor que le da vida, se quedaban solos y, además, daba la sensación de que la historia podría haberse terminado sin problemas la temporada anterior, evitándose todos estos problemas.
Sin embargo se ha planteado la serie de manera correcta, incluyendo nuevos personajes fijos lo suficientemente atractivos como para desear la continuidad de Misfits durante otra temporada más, integrando personajes episódicos importantes e ingeniándoselas para introducir continuidad a lo largo de los ocho capítulos ya emitidos de la cuarta temporada.
Por si no fuera poco, la serie cada vez opta más por aumentar su tono irreverente, humor sucio, bromas fáciles mezcladas con situaciones inverosímiles que, una vez aceptado el mundo que nos presenta la serie, se tornan creíbles y divertidas.
Además, se ha acertado con la dupla de nuevos trabajadores forzosos del centro cívico, Finn (Nathan McMullen) y Jess (Karla Crome), tan opuestos como complementarios. Finn es el constante toque simple, cómico y pringado, mientras Jess es la nueva chica dura y atractiva, que sustituye a la vez a Alisha y Kesha.
Si no habías encontrado motivos para empezar a ver Misfits o la habías dejado de lado, ahora es una buena oportunidad para seguirla, pues la cuarta temporada es una especie de vuelta a empezar, donde se reinicia todo, ofreciendo una serie fresca y divertida.
Tip:
- ¿No serás uno de esos pajilleros obsesionados con Star Wars?
- Conmigo es Harry Potter. ¿Sabes qué es lo que más me intriga de toda la franquicia? ¿En qué momento está bien visto querer follarse a Hermione?
Interesante entrada. No he seguido la serie, y tampoco me llama mucho, he visto algún capítulo y no me ha enganchado en absoluto, aunque me alegro de que hayan podido capear el temporal.
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