lunes, 11 de febrero de 2013

Crítica: El lado bueno de las cosas

Aquí está la crítica que faltaba entre las nominadas a mejor película en la entrega de los premios más importantes del mundo cinematográfico (podéis encontrar todas en este enlace). Una película que ha sorprendido a muchos y se ha colado entre las favoritas, acaparando algunos galardones y colocándose en el punto de mira de creadores, crítica y público.

Sin embargo, El lado bueno de las cosas no es una película ni mucho menos perfecta, no acaba de encontrar el tono y es extremadamente tramposa, creada para que un par de actores en alza luzcan bien en pantalla dando vida a jugosos personajes y para recordarnos que al señor DeNiro le queda cuerda para rato.


El filme nos cuenta la historia de Pat, al que han sacado de un psiquiátrico antes de tiempo y tratado de bipolar tras estar 8 meses encerrado después de agredir al amante de su mujer. Pat está completamente obsesionado con recuperarla, a pesar de tener una orden de alejamiento en su contra. En casa, su padre, con un claro trastorno obsesivo-compulsivo, se ha metido a corredor de apuestas y le necesita cerca como amuleto de su obsesión. Conocerá a Tiffany, bastante desequilibrada tras perder a su marido, y juntos tendrán que aprender a seguir adelante con sus vidas.


La trama evoluciona de manera demasiado fluida, a cada problema aparece una solución rápida, efectiva y muy oportuna que quita cualquier tipo de conflicto a los personajes, que han sido creados de manera inteligente para acaparar toda la atención, con diálogos interesantes y espontáneos, como sacados en bruto de la cabeza, pero que cambian según las necesidades de la historia, en vez de moldear la historia a través de los personajes.

La dirección es simple pero efectista, reflejando el saber hacer de un director con un bagaje aceptable a sus espaldas y con buenas maneras que se imprimen en interesantes movimientos de cámara que amenizan el visionado, dejando entrever la intención de seguir probando cosas nuevas en un futuro no muy lejano.


En cuanto a las actuaciones, Bradley Cooper está más que correcto en el rol principal, aunque le deja espacio para la actuación de Jennifer Lawrence, que da vida al personaje más completo de la película. Además, Robert DeNiro atrae con su fuerza dando vida al obsesivo padre de Pat. Los secundarios, quizás con la excepción de Jacki Weaver, son bastante deplorables y vacíos, destacando en su pobreza el personaje y la actuación de John Ortiz.

Es una película bastante aceptable, necesitada de caer bien a la gente, que en vez de mostrarnos una historia profunda y personal se conforma con enseñarnos lo que queremos ver para llegar a un final que no ha hecho caso de su evolución previa. El lado bueno de las cosas nos va a hacer reír, pero la conseguiremos olvidar enseguida.

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Víctor Ruiz Junquera Sígueme en Twitter