Crítica: La noche más oscura (Zero Dark Thirty)

Ya sé que hoy es día de hablar de los nominados a los Oscar, lo injustos que son algunos olvidos y de la gran sorpresa del cine europeo con 'Amour' de Haneke. Pero como eso ya lo hacen los demás, pues yo, a lo mío. Hoy otra crítica (doble ración esta semana), la de una de las nominadas a mejor película, pero que se ha quedado sin mención para su directora.

Siendo sinceros, hasta me parece demasiado que esté entre las favoritas en todas las entregas de premios. A mí me ha decepcionado bastante. Esperaba un peliculón con grandes dosis de tensión y un punto de vista original sobre un tema todavía candente y me he llevado un chasco bastante grande que ha sido todavía mayor por la duración infinita del filme.

La película nos cuenta la búsqueda y muerte de Osama Bin Laden desde el 11-S hasta su asesinato en 2011. Me dió la sensación, al terminar la película, de que llevaba más de 10 años en el cine esperando a que por fin apareciesen los títulos de crédito. Debe de ser últimamente que, o haces un largo de más de dos horas y media, o tu metraje no sirve para nada.

Me dejo de sensaciones vacías y voy al grano. A la película le falta tensión. Lo intenta en numerosas ocasiones, algunas con más éxito que otras (cuatro tíos dando vueltas en un coche escuchando un pitidito no me parece lo suficientemente interesante para hacer una escena de 15 minutos), pero no consigue hacer sentir lo suficiente para seguir enganchado a la historia.

Historia demasiado lineal, sin altibajos y sin giros lo suficientemente potentes para que el relato no parezca estancado o movido lentamente por la inercia del tiempo que transcurre y no por la acción de los personajes. Bajo el lema "basado en testimonios reales de primera mano", busca hacer ficción de la realidad o una realidad ficcionada, que trata de vendernos como verídico algo que es, al fin y al cabo, ficticio.

Entre las mayores pegas del largometraje están la poca empatía que despiertan todos los personajes en general y, en gran parte de los casos, lo inhumano de los conflictos que se les plantean y cómo responden ante ellos. El personaje principal resulta bastante atractivo en un comienzo, luego se va diluyendo según su personalidad va variando por encajar en el relato hasta llegar al desenlace, que, si todavía seguimos despiertos, es lo mejor de toda la película. Los secundarios son extremadamente estereotípicos (sí, voy a decir que estoy hasta las narices de jefes americanos con palos de golf en la oficina) y metidos con calzador por las necesidades de la historia.

La dirección de imagen no es muy complicada en general, lo que es bueno. Planos bastante corrientes, pero de buena factura, y algún que otro movimiento bastante espectacular adornado con explosiones y efectos variados. Destacable el clímax, con la misión de asalto al fuerte de Osama Bin Laden (o "100 maneras de abrir una puerta").

Si todavía tenéis ganas de verla, esperad una película muy densa y lenta, con pocos conflictos humanos y mucha palabrería técnica que ni va ni viene, aunque bastante fácil de seguir, seguramente por las pocas cosas que suceden en realidad.