domingo, 20 de enero de 2013

Crítica: Django desencadenado

Muchos ya respiran tranquilos y aliviados, porque al fin ha llegado el huracán Tarantino, un maestro de cómo hacer que su trabajo esté en boca de todos desde meses antes del lanzamiento y capaz de eclipsar todos los medios de comunicación del mundillo en el momento de la verdad para que  corramos como ovejas a sacar nuestra entrada de rigor. El señor de las controversias, de las malas críticas y de las estupendas, el de las movidas en el plató, el amigo de todos en las fiestas y el niño prodigio de Hollywood, que ya no es tan niño... pero que aún tiene deberes por hacer.


Django desencadenado es un ejercicio notable, sin embargo, está muy lejos de la perfección que muchos otorgan al filme. Por supuesto, tiene muchas cosas buenas, originales e inteligentes que la hacen destacar, en sentido tanto comercial como cinematográfico, por encima de otras opciones de la cartelera actual, pero, a su vez, peca en muchos otros aspectos de su desarrollo.

Entre sus estupendas benevolencias, el brutal, en todas las interpretaciones posibles, primer acto de la película, incluyendo el inicio de la película que funciona a modo de prólogo. Si fuese un espectáculo de pirotecnia, la película empezaría con la traca. O quizás, el inicio es tan perfecto que todo lo que viene después parece desvirtuado.


Destaca en esta parte el personaje de Cristoph Waltz, sublime durante toda la presentación, con una diarrea verbal brillante a la vez que tronchante, pero que se hace a un lado para abrir camino al personaje que da nombre a la película, interpretado por Jamie Foxx, cuya actuación es muy irregular durante todo el metraje, bien adaptado en los momentos de acción, pero demasiado forzado en otros de más tensión dramática e incluso cómica, llegando a veces al nivel de parodia inintencionada.

Como en casi toda la filmografía del director, los personajes han sido pensados y repensados, todos tienen un rol claro, pero con ese toque de distinción personal que les hace diferentes a sus homónimos en otras historias, ese punto de originalidad que hace que los encuentres atractivos, desde Monsieur Candie (DiCaprio), hasta Big Daddy (Don Johnson), pasando por el hombre que se ha comido a Quentin Tarantino. Además, son decenas de personajes con un rol más o menos importante los que aparecen en el filme, dando coralidad a la película, aunque esté centrada en su protagonista. Destacan los personajes de DiCaprio y L. Jackson, porque vuelven a darle vidilla al último tramo de la película, pero, en ocasiones, parecen un poco forzados, posiblemente por su histrionicidad.


El largometraje frivoliza constantemente el tema del racismo, lo que no es malo en absoluto, porque lo hace desde un punto de vista inteligente y muy cómico (extraordinaria la escena del Ku Klux Klan), pero, en ocasiones, centra demasiado la atención. Sí que es más problemático su afrontamiento desde una apología de la violencia a la que el director nos tiene acostumbrados y el encumbramiento de la idea de que se puede conseguir la paz con uno mismo mediante la venganza y el asesinato, siempre en nombre de la justicia y los valores propios.

Las mayores virtudes de Django desencadenado son el ambiente y la historia que se nos presentan. Tarantino nos trae una película del oeste (mi padre no me deja decir western, porque "han sido toda la vida películas del oeste, o de vaqueros, no sé a que viene tanta tontería en inglés") bebiendo ingentes cantidades del género, pero llevándolo a su terreno, presentándonos una forja del héroe clásica (a mi parecer, la aventura principal de la película) y el rescate de una princesa en apuros con grandes tintes de fantasía al más puro estilo Disney, con un príncipe azul al que no se corta en mostrar de la forma más icónica posible.

Eres tú el príncipe azul que yo soñeeee
Entre las mayores pegas del film se encuentra el problema de alargar por alargar la duración del metraje. No se conforma con los tres actos de rigor, sino que incluye un "prólogo" bastante largo de presentación de los personajes hasta que comienzan el viaje que realmente importa y una concatenación de finales que dan la sensación de intentar extender insanamente la duración natural de la historia. Además, incluye numerosas peripecias intermedias que, aunque no están mal llevadas, afectan al desarrollo de la obra como unidad.

Por otro lado, aunque transmite la sensación de que la película ha tenido un rodaje muy disfrutado por los miembros creativos (conflictos internos aparte), también forma un ambiente de película inmadura en algunos momentos, aun dejando a un lado la vistosidad violento-gore de la cinta (marca de la casa del autor), en los que parece que no se toma en serio el proyecto, incluyendo algunos guiños descarados de corte pueril en las escenas de acción o la sonrisa de imbécil a cámara de Django en uno de los momentos finales del metraje, amén de los rótulos a pantalla completa en mitad de la cinta, a los que sólo les faltaba estar escritos en Comic Sans.


También contraría el empeño del director en romper la cuarta pared y hacernos ver constantemente que es ficción, un cuento, una historieta parar calmar los apetitos de los niños grandes. Esos planos artificiales con movimientos bruscos y zooms imposibles con los que le gusta hacerse notar, gritando "¡eh, si estás viendo esto es porque estoy aquí y soy lo más guay que has visto nunca!". Le falta aprender a sacrificar la dirección por la credibilidad de su obra.

No me declaro ni fan incondicional ni detractor acérrimo de la obra de Quentin Tarantino, pero me esperaba de Django desencadenado una obra que implicase un salto de madurez, como escritor y director, de una de las estrellas más carismáticas del universo hollywoodiense, algo más personal y menos (auto)complaciente. Django desencadenado no es una película desdeñable, pero tenía todos los ingredientes para poder haber sido algo mucho más grande.

MISSISSIPI.




5 comentarios:

  1. Muy pocas veces me he divertido tanto con una película que con “Django Desencadenado”, fue una experiencia fantástica. ¿Por qué? (obviando la siempre atesorada compañía de novia y amigos) porque es una película cruda, original, única, es inteligente, está llena de energía, de pasión y de buen hacer, amén de irrepetible. Una película sobresaliente, que no perfecta.
    A igual que en la crítica, tampoco creo que roce la perfección, de hecho la parte final, tras cierto suceso dramático en Candieland, la acción es un tanto monótona, un tanto previsible y salvo más de un par de momentos de absoluta genialidad, se tiene la sensación de que la película podría haber durado 20 o 15 minutos menos.
    Aunque Tarantino es mi director favorito dentro del cine americano, también soy exigente y no son precisamente muchas las películas a las que pueda considerar perfectas y de hecho, de Tarantino, sólo puedo afirman sin tiemble alguno que “Pulp Fiction” lo es. “Malditos Bastardos”, “Reservoir Dogs”, “Kill Bill” y este Django Desencadenado están entre mis piezas favoritas pero, no las llamaría perfectas aunque tienen atributos que han dejado una gran huella en mí.
    El inicio de la película no se puede negar que es demoledor, todo está medido con una precisión milimétrica, en apenas 10 o 15 minutos la audiencia ya adora a sus dos personajes principales. No obstante, también concuerdo con la crítica respecto a las interpretaciones de mi querido Waltz y Foxx.
    Walts desborda carisma en cada línea y en cada plano, merecedor de todos los premios a los que ha sido nominado desde un punto de visto objetivo. Aunque tengo que admitir, que me sentía un poco extrañado por tener un alemán en un western (también tengo que confesar que son pocas las películas del género que he podido disfrutar y tras documentarme un poco, no era demasiado descabellado como pudiera parecer), no obstante, la nacionalidad del die Deutsche Zahnartz (el dentista alemán) encajaba perfectamente, daba una nueva dimensión, proporcionaba fluidez, exotismo e interés añadido a un personaje de por sí redondo. Eso sin contar con mis dos minutos de disfrute de la lengua germana en la segunda mitad de la película.
    Por el contrario, Jamie en ciertos momentos casi da a pie a dar vergüenza ajena, en otros peca de inexpresivo (y no me refiero cuando está medio aturdido con un dentista que devora la pantalla sino, en la segunda parte del final en la que la calidad de la interpretación sufre muchos altibajos por su parte). No obstante, tengo que decir que la sonrisa de la escena final de Jamie Foxx es impagable y que en ciertos momentos, resulta sublime (la escena del látigo fue pura adrenalina por poner un ejemplo). Por lo que queda un personaje bien construido, irregularmente interpretado pero, sus bondades superan sus carencias.

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  2. Algo que me ha sorprendido sobremanera en la crítica es la omisión de referencias a la banda sonora del film. No sólo tenemos un extracto de “Django” (1966) y melodías que casan perfectamente con una película del oeste sino que, escucharemos canciones del compositor RZA, de rap y de hip hop. Algo absolutamente anacrónico, que sería objeto de críticas encarnizadas por parte de críticos clasicistas… si se hubieran introducido de forma incorrecta. Sin embargo, para sorpresa de uno mismo, estas melodías eran una catalización del personaje Django y del “Black Power” (El poder negro).
    Lo bueno de los elementos de humor de una película de Tarantino es lo sorprendentemente bien que están integrados, realmente dan una nueva dimensión a la película. Ciertamente también me fijé en aspectos como el de los zooms (que parecen un calco de “la ardilla dramática”) pero, más que desencuadrar a todo lo que se va construyendo a lo largo del metraje, ofrece un tono de humor que resulta único, que es a la vez vulgar y un deleite.
    Antes de despedirme con dos párrafos conclusivos, me gustaría expresar mi deseo de que la trilogía que mencionó hace poco Tarantino sea una realidad (aunque tengo que decir que Quentin es de sobra conocido por abrir demasiado la boca y de anunciar proyectos que jamás se materializan como un Kill Bill Vol 3), la trilogía en cuestión sería “Malditos Bastardos + Django Desencadenado + ¿?”. Más que nada porque hay bastantes puntos de conexión entre estas dos primeras: en las dos aparecen 4 idiomas (inglés, alemán, italiano y francés), las dos parten de una clase maltratada que se revela de forma violenta ante una tiranía, en ambas aparece Christoph Waltz, etc.
    Hay muchos aspectos en la película que en una película de corte más serio serían lapidados pero, aquí no lo son. Yo no creo que Tarantino necesite hacer una película de corte más serio, con sus justas medidas de humor explícito, con giros inesperados y con un desarrollo que te deje sin respiración, por irónico que parezca no quiero eso, o mejor dicho, no quiero sólo eso, quiero que se arriesgue (evidentemente, no siempre acierta), que me sorprenda, que haga algo que sería demasiado absurdo como para incluirlo en películas cuyo presupuesto excedan los 100 millones de dólares y por qué no, que genere “haters”, que dé lugar a debate y que aprendamos a expandir los límites además de enriquecer el arte cinematográfico.
    En conclusión, Tarantino ha creado un guion merecedor del Globo de Oro y aún a falta de disfrutar a los otros nominados, parece un más que digno merecedor del Oscar. No es la mejor película de este director pero, sin duda es una de las mejores, y para mi es una indiscutible obra maestra… con aspectos mejorables. En definitiva Django Desencadenado es una película que nadie debería perderse, es difícil encontrar una alternativa mejor para tener una experiencia absolutamente memorable en las salas de cine. Y recuerden que pocas películas han tenido el valor de abordar la esclavitud como lo hace Quentin y sin tener que verse obligado a poner un discurso conciliador que a mi juicio no es necesario.

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    1. Tampoco andamos tan desencaminados. No he dicho nada sobre la banda sonora porque era lo que me esperaba, sobre todo participando Jamie Foxx en el proyecto. No es tan arriesgada como parece porque es cine de género, que básicamente muchos lo usan para una justificación automática de tonterías como los zooms y las letras mal metidas o ser completamente esquizofrénico en el planteamiento.

      Jamie Foxx tiene momentos épicos en su actuación y tiene otros muy pobres.

      Que se nos presenta en 10-15 minutos (igual son hasta 20) sublimes a los personajes, está claro. Que es "trampa" también. Si te fijas en el desarrollo natural de una película, la trama principal no empieza hasta pasados esos 20 minutos en los que tanto nos hemos divertido, que tienen validez por sí solos como ente fuera de la película. Es decir, si a ti te presentan una historia de un dentista que rescata a un esclavo para que le ayude a encontrar y ejecutar a unos forajidos y a cambio le da su libertad, eso puede dar para 100 minutos de una película en sí, o para un corto de 20 minutos que funciona como prólogo. Luego ya, empieza otra película, la de Django en busca de su mujer.

      Que es el mejor guión (incluyendo adaptados) del año... ni lo afirmo ni lo desmiento. Es muy tramposo, pero funciona, así que tampoco voy a criticarlo. Tarantino es muy inteligente escribiendo y eso queda plasmado.

      Que a ratos me pareció una película para críos. Pues también. Pero claro, si es lo que buscas y lo justificas como tal y te funciona, adelante. Pero, para mi gusto, dista de ser una obra maestra.

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  3. Una decepción 'Django', no me esperaba un clásico pero sí una película más divertida. Apenas aparecen esos diálogos crujientes marca de la casa, y como siempre, qué pena que sus pelis estén tan vacías. ¿Cuándo encontrará messieur Tarantino algo para lo que tan bien sabe hacer: contar? Un saludo!

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    1. Tiene momentos de diálogo brillantes, como casi todas, pero a mí, más que vacía, que en muchas partes también, se me hizo larga al final.

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