sábado, 26 de enero de 2013

Crítica: Bestias del sur salvaje

Esta semana ha llegado a las carteleras españolas una maravillosa película de un director debutante, Behn Zeitlin, que demuestra momentos de maestría tras la cámara logrando convertir su ópera prima en el largometraje revelación de la temporada tras arrasar festivales y entregas de premios, posicionándose en la carrera por los Oscar como una de las favoritas por sus cuatro nominaciones.

Bestias del sur salvaje nos cuenta la historia de una niña de seis años que vive con su padre en un lugar marginal del mundo, amenazado por culpa de los deshielos, que traen con ellos bestias hace mucho extintas. La película juega de forma inteligente con un realismo mágico que ata la cruda verdad con un mundo interior tan infantil como vasto, lleno de metáforas y fantasías que, para algunos espectadores, pueden llegar a hacerse un poco pesadas.

Se nos introduce en un mundo completamente poético para tratar temas como la vida y la muerte, la supervivencia, la pérdida y recuperación del hogar, la necesidad de deshacerse de la infancia para seguir adelante y la lucha con uno mismo para encontrar tu propia senda. Todo esto a ojos de una niña de seis años.


Además, el filme nos invita a reflexionar hasta qué punto hemos evolucionado como sociedad, si realmente estamos tan avanzados o seguimos siendo cavernícolas, hasta dónde manda el raciocinio y cuándo nos dejamos dominar por nuestros impulsos más salvajes, si somos humanos... o bestias salvajes.

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Víctor Ruiz Junquera Sígueme en Twitter