Los momentos de los Goya

Ayer tuvo lugar la ceremonia de entrega de los premios Goya - como bien sabéis - que discurrió de forma lenta e inconstante, en una gala bastante pobre y repetitiva, con demasiados fallos y con una madrina - Eva Hache - que perdió la frescura del año pasado y daba la sensación de estar nerviosa, seguramente por el papel de ser la boca que soltó unas cuantas pullas al Gobierno.

Pasando por alto el mensaje repetitivo del presidente o las caras de decepción de un Trueba que tenía pinta de querer hacer una espantada almodovariana (por cierto, TVE, que sí, que ya sabemos que estrena película, cansos), y de un Jose María Pou lleno de tics que ya había hecho un hueco en la estantería de su casa para poner al cabezón, he querido centrarme en los momentos más destacables de la gala, aquellos que sobresalieron por encima de los bostezos generales.

Recaditos a los políticos

Estaban cantados, iba a haber mucho palo, sobre todo aprovechando que el ministro Wert - que ha conseguido hacer buena a la Sinde - esta presente y se lo podían decir a la cara y le iba a tocar tragar. Los primeros dos minutos bien. Algún que otro palo más tampoco estuvo mal. Que centrasen el discurso general en criticar al Gobierno... pues como que no. Al final se hizo tedioso, todos dijeron lo mismo, y se respiraba en la recogida de premios un ambiente de hipocresía bastante denso. Sobre todo en el discursito de la Verdú o incluso en el de Candela Peña pidiendo trabajo. La gran parte, innecesarios.

Los muchachada

Fue el único momento en el que me reí de verdad. Los cuatro colegas haciendo el humor absurdo que les ha llevado a donde están y les ha dado tantas alegrías. Fue muy gracioso... los tres primeros minutos. Hasta la primera intervención de Areces. Después decidieron hacer un José Mota o, lo que es lo mismo, coger una idea graciosa y alargarla hasta que te entran ganas de abandonar el país.

Lío de sobres

Absolutamente inadmisible. Lo peor de la gala con diferencia. No entiendo por qué había dos sobres con el premiado. Si hubiese sido al revés, que fuese para Els nens salvatges, pero nombrasen sin querer a Blancanieves, podría ser admisible, al fin y al cabo, se llevaron 10 premios. Pero ni aún así. Y peor todavía los chistes idiotas que hicieron los dos actores y la falta de respeto de Alfonso de Villalonga.

El momento emotivo

Tras la "sorpresa" del premio a mejor director J. Bayona (digo sorpresa porque Blancanieves se lo estaba comiendo todo, el proyecto de Bayona era mucho más complejo y merecedor del galardón) decía entre lágrimas que ese premio no era suyo y no lo iba a volver a ver mientras se lo entregaba a la madre que inspiró el papel de Naomi Watts. Bien podría haber sido una escena de su película.

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