martes, 8 de enero de 2013

Crítica: Los miserables

Víctor Hugo escribió el libro. El libro se convirtió en uno de los musicales mejor valorados del panorama. Y, finalmente, el musical nos llegó como película. La producción no era humilde: un elenco de caras conocidas, elaborados escenarios, vestuario de impresión, grabación de voces en vivo y un director cuyo trabajo anterior (El discurso del rey) arrasó con los Oscar. El resultado... para gustos los colores.

Que nadie se espere nada original o novedoso, la historia la hemos visto un millón de veces y, si le quitas las canciones, apenas alcanzaría para un mediometraje. El mayor pro y la mayor contra es el mismo: las canciones. No te va a gustar si no te gustan los musicales, podrás verla si los aceptas y te hundirás en el cubo de las palomitas si no los aguantas.

Los personajes no son nada del otro mundo, es bastante difícil empatizar con ellos y las tramas de los protagonistas son excesivamente artificiales (sí, sí, ya sé que es un musical). Sin embargo, en general, los actores están bastante correctos en sus papeles aunque todos actúan excesivamente rígidos durante todo el metraje y se mueven, por lo general, bastante poco. Cabe decir también, que todos los actores (sobre todo en las barricadas) son todos unos guaperas que chirrían un poco en su papel.


La dirección de Tom Hooper es pésima y repetitiva, colocando todo el rato planos artificiosos que se convierten en artificiales tras la constante sucesión de los mismos. Se hace un abuso en todo momento de los primeros planos y de los actores andando a cámara e incluso mirándola, lo que nos saca de la película (si en algún momento conseguimos meternos en ella). 

El montaje también es flojo. Los cambios entre planos, en ocasiones, son muy bruscos y hay algún corte entre escenas que es horrorosamente feo. Además, todas las secuencias están planteadas de manera idéntica, lo que consigue convertir el filme a ratos en pesado de seguir. Los dos primeros actos son largos y bastante huecos, la película parecer mejorar en el segundo punto de giro, pero el tercer acto vuelve a alargarse innecesariamente.

Este primer plano con el actor en la derecha y todo el espacio de la izquierda es como el chiste que cuando se repite pierde la gracia.
Las canciones siguen en su mayoría dos o tres melodías, muy similares entre ellas, lo que da la sensación de que la película no varía en ningún momento. Cuenta con numerosas escenas de canciones individuales, todas grabadas de la misma forma y más bien flojas, aunque destaca sobre ellas la escena del personaje de Anne Hathaway. Sin embargo, los números corales son, con diferencia, mucho más amenos, destacando el del levantamiento del pueblo. 

Hugh Jackman está más que correcto en el papel de Jean Valjean, aunque ayuda mucho la magnífica caracterización y el maravilloso vestuario que cambia desde el principio hasta el final del filme. Quizás algunos actores se quedan un poco cortos de tono, como Russell Crowe o Eddie Redmayne (cuya voz me recuerda a la Rana Gustavo). Lo que sí es cierto es que no hay dos voces iguales en todo el metraje. Mención especial para los dos niños de la película.

Se repiten hasta los peinados.
La versión para salas españolas es desastrosa. La inclusión de trozos doblados (las canciones están en inglés subtituladas) no vienen a cuento ya que la parte dialogada es mínima. Los subtítulos no traducen lo que dicen sino que hacen una libre interpretación del texto, que, si ya de por sí es explícito, con los subtítulos todavía se agrava. Amén de que, en numerosas ocasiones, los subtítulos contradicen el texto original.

A modo de conclusión, decir que esperaba bastante más de este producto. Le falta ritmo, le falta pasión, le falta un espíritu destacable. Presumiblemente puedo decir que esta película no pasará a la historia.




1 comentarios:

  1. He de decir en defensa de la peli que, a mi parecer, los actores han hecho un gran trabajo de interpretación, ya que me parece que es muy difícil conseguir transmitir un mensaje, y estar correcto en las emociones que hay que expresar, cuando todo lo que dices lo haces cantando, a veces con rimas difíciles de transmitir.
    Personalmente, la única que llegó a emocionarme fue Anne Hathaway con su solo, para mí, uno de los mejores de la película (por no decir, el mejor).

    En cuanto a Rusell Crowe, nunca llegué a creerme su personaje, además que con el tono tan dulce que tiene cantando no podía verlo como el "malo". Su conflicto se me quedó frío y poco integrado en la película.

    Dices que las canciones siguen dos o tres melodías y que parece que no hay cambios en la película. Si ves una ópera o una zarzuela, o musicales con una gran antigüedad (como es este caso) verás que éste es el estilo que domina toda la función. Estamos muy acostumbrados a musicales adaptados para todos los públicos (Peter Pan, El Rey León, Hoy no me puedo levantar, Moulin Rouge...) en los que las piezas son introducidas por grandes partes habladas. A mi, personalmente, ésta es una de las cosas que más me gusta de este musical, que prácticamente no hay parte hablada.

    Por lo demás, aunque me gustó la película, también me defraudó notablemente, me espera algo que no me dejara indiferente, y no ha sido el caso.

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Víctor Ruiz Junquera Sígueme en Twitter